lunes, 20 de agosto de 2007

Hong Kong IV y última.

Por la noche parece que la ciudad cobra más vida. Desde el paseo de las estrellas se puede ver un espectáculo de luces y música, donde parte de los rascacielos hacen juegos de luces sincronizados entre sí y el ritmo de la música. Cada año hay más edificios que se unen al juego, incluso teniendo que pagar una buena pasta para estar todos los días del año en este "show", que a mi parecer acaba cansando a los cinco minutos.

Ya en la Isla, las calles inundadas de gente se convierten en otro espectáculo. Todas las tiendas abiertas y llenas de jóvenes, sobretodo las de móviles, por lo visto, allí los adolescentes cambian de móvil casi cada mes. Y es que la tecnología está más barata que aquí; aunque pensé que sería bastante más, ya que la mayor diferencia que vi fue de un 30%.


Otra zona curiosa son las calles de "chiringuitos" de falsificaciones, donde te puedes encontrar las últimas novedades en bolsos, gafas, relojes, etc.. de todos los grandes diseñadores. La mayoría tienen solo algunas piezas expuestas y el resto te las venden por catálogo y después de elegida la que quieres te llevan a una casa donde tienen todo el almacén y si no tienen la que quieres, te dicen que vuelvas mañana, que ya la tienen. Vamos que tienen una atención al cliente mejor que en las boutiques de marca.





Una gran industria sumergida, que aporta más puestos de trabajo y negocio que la legal. Aunque hemos visto tiendas como Louis Vuitton o Chanel que tenían sus puertas cerradas porque en el interior estaba lleno de clientes y además gente esperando en cola para entrar. Y eso que el precio de las grandes marcas en Asia es mayor que en Europa. Es lo que pasa cuando es un país de mil trescientos millones de habitantes el 2% son millonarios

Después, nos vamos a la parte alta de la Isla. Para llegar tenemos que ir por una serpenteante carretera salpicada a los lados de Chalets de la gente más rica de Hong Kong. Entramos en el centro comercial T, y desde su azotea vemos unas espectaculares vistas de Hong Kong en todo su esplendor.


Así, nos hemos encontrado con una ciudad cosmopolita, llena de vida y totalmente occidentalizada. Esperemos que cuando en el 2050 acabe su estado especial dentro de China, no cambie demasiado.



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