Hoy nos podemos pasear un poco por los zocos de Túnez, sitios sin duda con un especial sabor y olor a los cuentos de las mil y una noche, donde podemos ver los típicos regateos que empiezan por 150 Euros y pueden llegar a bajar hasta 15 Euros y la venta de artículos típicos de la cultura árabe, por no mencionar el mercado de plata y oro en la que si somos buenos negociadores podemos llegar a conseguir excelentes productos por muy bajo coste.
Otro mercado a mencionar es el de las especias y el de los perfumes. Por la zona de las especies se deleitarán todos nuestros sentidos y descubriremos infinidad de hierbas que antes nos eran desconocidas.
Curiosas y pintorescas son las tiendas de perfumes, destilados en alambiques a la vieja usanza, con olores que recrean nuestros sentidos y nos transportan a un vergel lleno de colores.
Por el camino seguro que nos veremos asaltados por comerciantes ávidos de negociar y vender cualquiera de los artilugios que tengan en su trastienda o por lugareños que se ofrecen a hacernos de guías y contarnos historias de la ciudad y su familia por un módico precio, aunque al principio se ofrezcan de forma desinteresada.
También podemos encontrar fábricas de alfombras y observar como las confeccionan de forma artesanal con telares que bien podrían tener un siglo de antigüedad.
Claro está que cuando te sumerges en un zoco existe un choque brutal con todo a lo que los occidentales estamos acostumbrados, pero eso es lo bonito de las diversas culturas del planeta, los contrastes y variaciones que existen de unos lugares a otros.
